También como Toxina Botulínica, su aplicación es un procedimiento médico, que cumple diversar funciones dependiendo de las enfermedades del paciente. Su uso más conocido y difundido en nuestra población es el uso estético para atenuar arrugas o disminuir gestos molestos en la expresión coporal.

Con frecuencia se utiliza para el tratamiento de asimetrías faciales y manejos de patologías específicas donde la acción de la toxina botulínica muestra grandes beneficios.

El equipo de salud de CLQ integrado por profesionales colaborarán en el manejo completo e integral de cada requerimiento de nuestros pacientes.

La Toxina Botulínica también es utilizada en otras patologías dermatológicas como la Hiperhidrosis, que afecta a un 3% de la población comprometiendo cara, axilas, palmas o plantas del pie, por lo que la aplicación de la toxina botulínica actuará controlando y reduciendo la sudoración excesiva.

La hiperhidrosis, es definida como “ la producción de sudor que excede o va más allá de la cantidad necesaria para mantener la regulación térmica de la persona”.

En el hipotálamo está el origen de la regulación de la secreción del sudor en una persona, ubicada en el sistema nervioso por lo que puede ser estimulada de diferentes formas por la temperatura corporal, el efecto hormonal del cuerpo, pirógenos endógenos que son sustancias que participan en la producción de la fiebre, la actividad física y emociones a las que estamos expuestos, si alguno se ve alterado puede desencadenar una hiperhidrosis.